Figaro (Articulos selectos) by Mariano Jose De Larra

Figaro (Articulos selectos) by Mariano Jose De Larra

autor:Mariano Jose De Larra
La lengua: es
Format: mobi
Tags: nonf_criticism
editor: BIBLIOTECA DE «LA NACIÓN»
publicado: 1907-01-01T00:00:00+00:00


CARTAS A ANDRÉS NIPORESAS

POR EL BACHILLER

D. Juan Pérez de Munguía

I

De las Batuecas, este año que corre.

Andrés mío: ¡Yo, pobrecito de mí; yo, Bachiller; yo, batueco y natural, por consiguiente, de este inculto país, cuya rusticidad pasa por proverbio de boca en boca, de región en región; yo, hablador y careciendo de toda persona dotada de chispa de razón con quien poder dilucidar y ventilar las cuestiones que a mi embotado entendimiento se le ofrecen y le embarazan, y tú, cortesano y discreto! ¡Qué de motivos, querido Andrés, para escribirte!

Ahí van, pues, esas mis incultas ideas, tales cuales son, mal o bien compaginadas, derramándose a borbotones como agua de cántaro mal tapado.

«¿No se lee en este país porque no se escribe, o no se escribe porque no se lee?»

Esa breve dudilla se me ofrece por hoy, y nada más.

Terrible y triste cosa me parece escribir lo que no ha de ser leído; empero más ardua empresa se me figura a mí, inocente que soy, leer lo que no se ha escrito.

¡Mal haya, amén, quien inventó el escribir! Dale con la civilización, y vuelta con la ilustración. ¡Mal haya, amén, tanto achaque para emborronar papel!

A bien, Andrés mío, que aquí no pecamos de ese exceso. Y torna los ojos a mirar en derredor nuestro, y mira si no estamos en una balsa de aceite. ¡Oh infeliz moderación! ¡Oh ingenios limpios los que no tienen que enseñar! ¡Oh entendimientos claros los que nada tienen que aprender! ¡Oh felices aquellos, y mil veces felices, que o todo se lo saben ya, o todo se lo quieren ignorar todavía!

¡Maldito Gutenberg! ¿Qué genio maléfico te inspiró tu diabólica invención? ¿Pues imprimieron los egipcios y los asirios, ni los griegos, ni los romanos? ¿Y no vivieron, y no dominaron?

¿Que eran más ignorantes, dices? ¿Cuántos murieron de esa enfermedad? ¿Qué remordimientos atormentaron la conciencia de Omar, que destruyó la biblioteca de Alejandría? ¿Que eran más bárbaros, añades? Si crímenes y crueldades padecían, crímenes y crueldades tienen diariamente lugar entre nosotros. Los hombres que no supieron y los hombres que saben, todos son hombres, y lo peor es: todos son hombres malos. Todos mienten, roban, falsean, perjuran, usurpan, matan y asesinan. Convencidos sin duda de esta importante verdad, puesto que los mismos hemos de ser, ni nos cansamos en leer, ni nos molestamos en escribir en este buen país en que vivimos.

¡Oh felicidad de haber penetrado la inutilidad del aprender y del saber!

Mira aquel librero ricachón que cerca de tu casa tienes. Llégate a él y dile:

—¿Por qué no emprende usted alguna obra de importancia? ¿Por qué no paga bien a los literatos para que le vendan sus manuscritos?

—¡Ay señor! —te responderá— Ni hay literatos, ni hay manuscritos, ni quien los lea: no nos traen sino folletitos y novelicas de ciento al cuarto; luego tienen una vanidad, y se dejan pedir... No señor, no.

—¿Pero no se vende?

—¿Vender? Ni un libro: ni regalados los quiere nadie; llena tengo la casa... ¡Si fueran billetes para la ópera o los toros...!

¿Ves pasar aquel autor escuálido de todos conocido? Dicen que es hombre de mérito.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.